Vila-real, una ciudad con esencia de pueblo

La basílica de Sant Pasqual y el paraje del Termet, que acoge a la Mare de Déu de Gràcia, principales atractivos

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Destacan la basílica del patrón y el ermitorio de la Mare de Déu de Gràcia

Vila-real, enclavada en la comarca de la Plana Baixa y a orillas del río Millars, es la segunda ciudad más grande de la provincia de Castellón–supera los 51.000 habitantes— aunque no renuncia a su esencia de pueblo. La localidad ofrece al visitante diferentes atractivos vinculados, fundamentalmente, con turismo religioso con estandartes como la basílicia de Sant Pasqual o la iglesia Arciprestal Major Sant Jaume, declarada en 2005 Bien de Interés Cultural (BIC) de la Comunitat Valenciana, sin olvidar otros encantos como el paraje natural del Termet, que da acceso al río en el que es posible el baño en una zona habilitada para tal actividad, o la amplia y variada oferta gastronómica. Y todo ello combinado con una intensa programación deportiva, con el Villarreal CF como principal exponente, y cultural con festivales destacados como el Internacional de Teatro (FITCarrer) con más de tres décadas de trayectoria en la ciudad.

ORÍGENES e historia

El término municipal de Vila-real se formó en el siglo XIII por segregación territorial del de Burriana. Aunque hay numerosos indicios de ocupación humana en la zona desde la edad antigua, es el rey de Aragón Jaime I quien determinó la creación de nueva planta del núcleo urbano a través de un documento fundacional datado en Valencia el 20 de febrero de 1274, por lo que atesora 748 años.

El casco urbano de la villa, planificado en damero según el modelo hipodámico de los campamentos militares romanos, empieza a rodearse de murallas y de un amplio foso seco a partir de 1298. Alguno de esos lienzos originales, levantados en doble pared de tapial, pueden observarse en la llamada avenida de la Murà y en las inmediaciones de la Torre Motxa, último de los baluartes conservados.

 

Recorrer el municipio también permite descubrir otros tesoros del patrimonio arquitectónico entre los que destaca la plaza de la Vila, declarada BIC en 1974 y monumento histórico-artístico, es el centro neurálgico de la ciudad. En una de sus esquinas, recayente a la calle Major Sant Jaume, se conserva el edificio que fue el antiguo Hostal del Rey. También catalogados como BIC se encuentran dos puentes sobre el Millars: el que une Vila-real con el entorno de Santa Quitèria, perteneciente a la vecina Almassora, y el conocido como Pont Nou que también une Vila-real con Almassora.

Y no menos destacada, por su simbolismo, es la ermita de la patrona, la Mare de Déu de Gràcia, cuyos orígenes se remontan a 1577 y que se encuentra en uno de los parajes más bellos de la Plana, el Termet.

PROGRAMA DE VISITAS

Para acercar, también en verano, el patrimonio municipal a vecinos y visitantes desde el Ayuntamiento, a través de la Condejalía de Turismo, se ha organizado durante los meses de julio y agosto una serie de visitas, rutas y ginkanas. Así, por ejemplo, este sábado hay dos actividades programadas: una ginkana familiar, a las 10.00 horas, bajo el nombre ‘El poder del río’ y la visita guiada nocturna, a las 22.00 horas, ‘Història i llegendes del Termet’. El próximo sábado 13 tendrá lugar otra doble cita con el paraje natural como escenario: la ruta ‘Descobrim el riu Millars’, a las 10.00 horas, y la ginkana familiar nocturna ‘Misteri a la llum de la lluna’, a las 21.30 horas.
Una semana después, la propuesta se traslada al núcleo urbano. Así, el 20 de agosto, a las 19.00 horas, dará comienzo la visita guiada ‘Guerra Civil a Vila-real’, que recorre lugares relacionados con el conflicto armado, y para despedir el verano, el día 27, se propone otra ginkana familiar (’El Tresor del Termet’, a las 19.30 horas) y un recorrido nocturno por la Vila-real medieval.

Mas información en: www.vila-real.es.

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