Destacan la basílica del patrón y el ermitorio de la Mare de Déu de Gràcia
Vila-real, perteneciente a la Plana Baixa y fundada en 1274 por el rey Jaume I, es la segunda ciudad más grande de la provincia de Castellón con más de 51.000 residentes. Parte de su atractivo se debe al patrimonio religioso con elementos tan destacados como la basílica de Sant Pasqual, copatrón de la ciudad junto a la Mare de Déu de Gràcia que tiene una ermita en un paraje idílico como es el del Termet, a orillas del río Millars, o la iglesia Arciprestal Major Sant Jaume, declarada en 2005 Bien de Interés Cultural (BIC) de la Comunitat Valenciana.
Pasear por el municipio también permite descubrir otros tesoros del patrimonio arquitectónico entre los que destaca la Torre Motxa, resto de la muralla de la antigua Vila o la plaza de la Vila, declarada BIC en 1974 y monumento histórico-artístico. También considerados como BIC dos de los puentes sobre el Millars.
Pero la ciudad también se enorgullece de su cultura popular y tradiciones. Así, por ejemplo, Vila-real está a punto de vivir uno de sus dos períodos de fiestas patronales anuales. Como manda la tradición, el viernes previo al primer domingo de septiembre arrancarán los festejos en honor a la Mare de Déu de Gràcia Con todo, el primer período festivo del año es el de mayo, donde el municipio homenajea a su otro patrón, Sant Pasqual.
Y en ambas festejos se celebra una velada especial que cuenta con el distintivo de fiesta de interés turístico provincial: la Nit de Xulla. Esa noche, la del lunes de fiestas, peñistas y vecinos en general salen a las calles para encender brasas y cocinar carne y embutido (también hay quien prefiere preparar la cena al horno), lo que confiere a la localidad de un aroma especial durante unas horas.
Pero destacan otras celebraciones merecedoras del reconocimiento de la Generalitat por su historia y tradición. Así, recientemente la feria de Santa Catalina, que se celebra el domingo más próximo al 25 de noviembre, ha pasado a ser fiesta de interés autonómico por el “impacto y arraigo” de esta jornada que reúne, a puertas de las fechas navideñas, a vendedores de piezas de belén, de dulces típicos de esa época del año o de juguetes, entre otros.
También reconocimiento autonómico para la Semana Santa local, una de las más antiguas en la provincia de Castellón ya que existe documentación que acredita su celebración desde 1546. Y con casi un siglo de historia, la cabalgata de Reyes está distinguida como fiesta de interés provincial, un evento organizado por Joventut Antoniana, una entidad religiosa sin ánimo de lucro, que destina los fondos que recauda gracias a la llegada de sus Majestades de Oriente a ayudar a familias con pocos recursos.
Mas información en: www.vila-real.es.
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