Son muchas las personas que visitan Peñíscola cada año, pero no todas la conocen en profundidad. Sus atractivos patrimoniales, sus playas, su historia y su gastronomía invitan a dejarse llevar, a disfrutar de una escapada mediterránea y a descubrir nuevos rincones. Pero, ¿cuáles son los lugares imprescindibles? No importa si es verano o invierno, hay espacios que, por suerte, Peñíscola ofrece todo el año a sus visitantes.
Castillo del Papa Luna
Uno de los más importantes, uno de los más visitados y uno de los imprescindibles en una escapada a Peñíscola. En lo más alto del peñón rocoso, coronando la ciudad amurallada se encuentra el castillo templario. Fue hogar de Benedicto XIII y es una auténtica joya patrimonial e histórica. Además, su conservación y rigurosa restauración hace de este espacio un lugar increíble. Cuenta con más de 20 estancias que envuelven el Patio de Armas, un amplio espacio abierto al mar. En 1411 fue convertido en Sede Pontificia por decisión del Papa Luna, momento en el que se restauró y transformó, dejando atrás su carácter de fortaleza templaria.
Antes, entre el 1119 y el 1314, fue el hogar de los caballeros de la Orden del Temple, monjes y soldados. Con el objetivo de mejorar la experiencia del visitante, en temporada alta hay recorridos guiados gratuitos, hasta completar el aforo de 30 personas, que incluyen una visita que se inicia en el faro, recorriendo los pasos de ronda y los jardines que dan al mar, llegando hasta el propio parque de Artillería en el extremo norte del recinto. También es posible realizar la visita de forma autónoma, con un servicio de audioguía gratuito disponible en Google Play para Android y en la AppStore para IOS. La entrada tiene un precio de 5 euros para el público general y de 3,5 euros con descuento para estudiantes, docentes, desempleados, jóvenes, grupos y pensionistas. Además, la entrada a la fortaleza incluye también el acceso a los jardines del castillo y el parque de Artillería.
Museos e iglesias
En el corazón de la ciudadela, pasando por el baluarte del Príncipe y por el emblemático «bufador» se encuentra el Museo del Mar, al principio de la calle Mayor. Está certificado como Centro Azul por ADEAC, Aula de Mar y Centro SICTED. Sin duda, es una de las visitas obligatorias en Peñíscola para todo aquel interesado en conocer la tradición y cultura marinera, así como la importancia de la actividad pesquera en el municipio, su historia y cómo ésta ha influido en el desarrollo turístico de la ciudad. Quien más lo visita es el público familiar y de procedencia fundamentalmente nacional. Este museo está dividido en tres secciones: la histórico-arqueológica, la de pesca y la de fauna marina; y rinde homenaje a la tradición marinera de Peñíscola con una exposición permanente.
El casco histórico de Peñíscola aguarda tres templos de distintos tamaños. El más pequeño es la capilla de Santa Ana, en la calle Saiz de Carlos junto a la Casa del Agua.
Junto al Portal Fosc y el edificio consistorial se encuentra la iglesia parroquial de Santa María, la que alberga la mayoría de celebraciones litúrgicas durante todo el año. Por último, en lo más alto del casco antiguo, junto al castillo y frente a la plaza de Armas, se erige el imponente ermitorio de la Virgen de Ermitana, patrona de Peñíscola.
Este es el templo más importante de la Ciudad en el Mar, el más especial para sus vecinos y el que protagoniza las Fiestas Patronales, que este año se celebrarán del 7 al 15 de septiembre. Frente a esta iglesia se celebran los bailes, las misas, las procesiones y la ofrenda, todo en honor a la Virgen de Ermitana.