Nules mantiene estrechos lazos emocionales con su playa. Forma parte de su pasado y tiene un papel protagonista en su identidad. Hace más de un siglo, los primeros vecinos empezaron a asentarse en la zona litoral y fue en los años 30 cuando comenzó a consolidarse lo que hoy en día es el casco histórico de lo que acabó siendo el actual poblado marítimo.
Hoy, tanto tiempo transcurrido después, la popular y emblemática primera fila de viviendas sigue siendo testimonio vivo de una forma de entender la relación con el Mediterráneo y el verano que está en peligro de extinción, sin masificaciones, sin grandes infraestructuras, con unas playas prácticamente vírgenes.
Esa realidad, esa marca de distinción, se ha convertido en la razón de ser de un movimiento ciudadano e institucional nacido en el municipio con un único propósito: cuidar, poner en valor y proteger su riqueza, y para ello son muy conscientes de que es indispensable darse a conocer.
La playa de Nules no aspira a competir con los municipios costeros de la provincia de Castellón que son un referente turístico, porque en la localidad saben que tienen un perfil atractivo para un tipo de público que busca otra cosa que pueden garantizar.
Un todo
El interés que ofrecen es un todo, una combinación del sol y la playa que hace a este territorio un destino privilegiado, con un paisaje –natural y humano– que se ha mantenido fiel a su esencia, a pesar de la amenaza que se cierne sobre su futuro.
Si cada vez el mar está más cerca de las viviendas, algo que no sucede en esta misma zona aguas al norte del puerto de Burriana, nada tiene que ver con cómo ha gestionado Nules el desarrollo de su territorio litoral. En ese concepto han insistido en innumerables ocasiones el alcalde, David García, y las asociaciones vecinales, que quieren visibilizar la necesidad de hacer conciencia, porque «lo que se está perdiendo es un patrimonio colectivo, que está desapareciendo porque quienes deberían estar protegiéndolo hace mucho tiempo que dieron la espalda al sentido común».
Nules pide inversiones para que décadas de historia no desaparezcan «por la dejadez política y administrativa», porque «en ningún sentido puede justificarse que la mano humana quiera ganarle terreno al mar sin asumir las consecuencias o los daños colaterales, sobradamente conocidos, que eso va a tener», remarcó García.
El Ayuntamiento y los vecinos de Nules quieren atraer a los turistas a sus playas, «porque en cuanto conocen nuestra realidad, no entienden qué tipo de agresión para el medio natural supone un municipio que sigue siendo el mismo que fue hace 100 años, mucho antes de que la Ley de Costas lo condenara a muerte sobre un papel, ignorando todo lo que están dejando perder por dar la espalda a la gente».
Este fin de semana, la programación Casetes Obertes es un ejemplo de cómo Nules se une para exhibir por qué hay que conocer esta playa, protegerla y defenderla. Cultura, historia, patrimonio y valores humanos, esa es la bandera que exhibe este pueblo.