Agosto, en Nules, es sinónimo de fiestas. Recién estrenado el mes se inició la programación de Sant Roc en la playa, que se prolongará hasta el próximo día 16. No habrán pasado ni 24 horas cuando se inauguren las patronales de Sant Bartolomé en el casco urbano. Y si ambas están pensadas para ofrecer actividades lúdicas, culturales y deportivas que fomenten la convivencia entre los vecinos y animen a la participación, a la vez se convierten en la excusa perfecta para que cualquier visitante se acerca a la localidad para conocerla.
Las fiestas, de por sí, ya son un atractivo que habla de costumbres populares y de tradiciones que han ido transmitiéndose de generación en generación, lo que define a la perfección una buena parte de la identidad. Pero es que, además, todos los actos previstos se desarrollan en un escenario digno de mención, un escaparate vivo de la historia y la riqueza patrimonial de un pueblo que es ejemplo y referencia de resiliencia y reconstrucción.

Desde la plaza Mayor, que es un emblema de como la población renació tras las asoladoras consecuencias de la guerra civil, cualquier persona que se acerque a Nules puede adentrarse en un itinerario continuo que realiza un relato fidedigno del valor que siempre se le ha dado a la herencia.
Buen ejemplo de ello es el Museu de Medallística Enrique Giner, único de España dedicado a esta especialidad, y que alberga otras obras artísticas donadas por discípulos del escultor y medallista nulense.
Especial dedicación ha demostrado el Ayuntamiento en los últimos años para revalorizar y promocionar su patrimonio, en especial el de los vestigios bélicos y la huella que dejó este episodio crucial en su historia. Una ruta ayuda a los foráneos a poder conocer ese recuerdo tan presente.
El conjunto del municipio es un interesante viaje por el presente, que solo se entiende a través del pasado.