La Vilavella, cuando lo pequeño está cargado de significativo y de belleza

Las singularidades de este municipio de la Plana Baixa son su principal atractivo, una historia que está presente en su día a día y un paisaje que convierte a la población en un destino turístico que se reivindica como un valor en alza

Si algo define a la Vilavella es la intensa vinculación que sus vecinos y vecinas mantienen con su identidad. Orgullosos de su historia, que está escrita con precisión en sus calles y su entorno natural, a veces hace falta darse cuenta de que lo cotidiono es una riqueza que puede pasar desapercibida, y en eso lleva trabajando los últimos años el Ayuntamiento, desde el convencimiento de que este pueblo tiene mucho que ofrecer a los visitantes.

La Vilavella. Vía ferrata en la zona de la antigua cantera

La localidad que fue famosa por sus aguas termales y sus balneario (sigue siéndolo aunque en la actualidad solo queda uno en funcionamiento), conserva las huellas de esos días y su época dorada en una arquitectura que en su día fue sinónimo de prosperidad y hoy de valor patrimonial. El Balneario de Villavieja es un referente del turismo de salud en la Comunitat Valenciana.

En ese diverso y amplio abanico de particularidades que es el interior de la provincia de Castellón, la Vilavella tiene su papel, el de un pueblo pequeño pero cargado de significado y belleza. La belleza que puede apreciarse casi sin moverse de su casco urbano, dirigendo la mirada a su entorno. Puerta de la Serra d’Espadà, cada calle, cada camino y cada senda cuentan un relato, porque la Vilavella es la suma de todo vivido desde que la primera persona decidió quedarse allí. Y de cada uno de esos pasos quedan vestigios que el consistorio se ha empeñado en recuperar y dar a conocer.

Qué hacer

Un error muy común cuando de turismo se habla, es creer que un destino, para ser interesante, debe ser grande y tener muchos servicios para resultar atractivo y tener cosas que ofrecer. Si uno se confirma con esa condición, se está perdiendo mucho.

¿Qué puede ofrecer la Vilavella? Buscar la respuesta es la primera razón para detenerse. Pequeño en cuanto a población y término municipal, concentra el interés en un espacio que se presenta desde lo alto en los restos de su castillo, uno de sus emblemas, que durante los últimos años ha sido sometido a diferentes intervenciones de recuperación y puesta en valor. Lo mismo que con las Minas de María Fernanda o las trincheras, testimonio de otras vidas que dan significado a las actuales.

Para los amantes de la montaña, desde hace años la Vilavella es visita obligada para quienes practican la escalada o quieren iniciarse, con su vía ferrata, que recientemente ha sido sometida a trabajos de acondicionamiento y mantenimiento.

Sus museos, el de historia y el de Els Espardenyers, y el trazado de su casco antiguo son otra oportunidad para saber más de lo que para muchos puede ser desconocido.
Y en verano cuentan con la excusa perfecta para acercarse a la población:sus fiestas. Ya han concluido las de Sants de la Pedra; en agosto se vivirán las de Sant Xotxim y las de Sant Roc, i en septiembre Festa la Vila, que son una exhibición pública de diversión, tradición y cultura.