Las fiestas de Moros y Cristianos, que se celebran del 24 al 31 de julio, están declaradas de Interés Turístico Internacional
Del 27 al 28 de julio, la Vila Joiosa vive su noche mágica. Parece una noche más de sus fiestas de Moros y Cristianos, pero a las 03:00 horas comienza el ritual. Las tropas moras van al puerto para embarcar en 35 galeras, en las que ondea la media luna simulando aquellas que se acercaron a las costas vileras aquel julio de 1538.
A las 04:30 horas, en la Costera la Mar, a los pies de la muralla de la ciudad, tiene lugar la Baixada dels Cristians a la playa, convertida en un auténtico campamento donde los cristianos esperan al enemigo.
La pólvora se convierte en protagonista y la tranquilidad de una noche de verano en la costa se rompe con los arcabuces, cañones y pirotecnia. Un auténtico espectáculo de cine, sin actores, con personajes reales, vileros y vileras que desean llegar a la tierra prometida.
En el fragor de la batalla, una bandera blanca se acerca a la costa y cesa el fuego. El emisario del rey moro llega ante el rey cristiano y le entrega el pergamino en el que se pide su rendición para evitar la batalla.
El escrito se rompe en mil pedazos, el emisario es devuelto al mar, el fuego se intensifica, la imagen de Santa Marta aparece en el horizonte y, de nuevo, casi cinco siglos después, comienza la batalla.
El Desembarco tiene lugar en el marco de las fiestas de Moros y Cristianos, declaradas de Interés Turístico Internacional, se convierten cada año, del 24 al 31 de julio, en un punto de encuentro para miles de personas que descubren en ellas una combinación perfecta de tradición, historia, espectáculo y fiesta en el sentido más amplio de la palabra. Y es que en la Vila Joiosa nadie se siente extraño, cualquier visitante es un festero más.
El carácter abierto y jovial de los vileros y vileras, las calles llenas de bandas de música, los «cuarteles» (locales festeros) abiertos a todos los visitantes propios o foráneos, y el programa de actos, organizado por la Associació Santa Marta, en el que cada año la historia, la tradición se convierte en fiesta, es lo que caracteriza a estas fiestas.
Actos
24 julio: Entrada de bandas. A ritmo de pasodoble se presentan las bandas que acompañarán a los festeros durante los días de fiesta precedidas por el capitán o capitana de cada compañía festera.
25 y 26 de julio: Desfile Moro y Cristiano (turno de manera rotativa, se alternan los bandos cada año para desfilar el primer día). Las tropas hacen su entrada en la ciudad luciendo sus mejores galas y con grandes boatos que no dejan a nadie indiferente.
27 de julio: Alijo y Embajada de Contrabandistas, Presentación tropas moras a su Rey y Embajada Beduina. Tanto Contrabandistas como Beduinos se ofrecen a sus respectivos reyes para ayudarles a conseguir su objetivo: defender y conquistar La Vila respectivamente.
28 de julio: Hasta el amanecer «Nit del Fester». Una noche de fiesta a la espera del Desembarc previa Embajada Mora. Por la tarde Embajada Cristiana y Reconquista del castillo.
29 de julio: Día de Santa Marta. Misa Solemne y procesión. Por la noche Castillo de Fuegos Artificiales.
30 de julio: Concurso de Paellas.
31 de julio: Desfile de Carrozas con la participación de los niños y niñas de las diferentes compañías festeras.
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