Sorprende a tu paladar con los sabores más tradicionales

GASTRONOMÍA

El interior de la provincia de Alicante recoge exquisitos manjares realizados con producto de km 0, aplicando la tradición culinaria heredada a lo largo de los años y transmitida de generación en generación. Con su mimo al producto local brinda una exquisitez de platos, siendo uno de las regiones donde mejor se puede comer del territorio nacional. Cada una de las poblaciones recoge platos para todos los gustos y paladares con un altísimo nivel culinario, que promete no dejar a nadie indiferente. Degustar una buen plato de olleta, es todo un ritual en municipios como Alcoy, donde la receta se trata con cariño y con mimo.

Su elaboración es con productos de la zona: arroz, nabo, chirivia, patatas, lentejas o alubias, pencas, carne de cerdo y morcilla. Aunque la receta de la olleta la podemos encontrar en otros muchos municipios del interior con diferentes variantes, todas sabrosas y dignas de las mejores mesas. La borreta es otro de los platos típicos de la montaña alicantina, elaborado con sólo tres ingredientes: bacalao, patatas y espinacas. La pericana es sin duda uno de los platos estrella de la gastronomía del interior de la provincia. Los sabores más sencillos se aúnan para crear unos delicadas notas en el paladar: tomate, ñora, ajo, bacalao y aceite de oliva. Pura dieta mediterránea.

Otro de los platos que tienes que probar por tierras del interior de Alicante son los gazpachos. En Castalla, Villena, Pinoso, Monóvar… son verdaderos expertos en su elaboración. . Y por supuesto, no pueden faltar en esta fiesta de sabores los emblemáticos arroces, mejor si son a la leña, con productos de la zona. Como el sabroso arroz con conejo y caracoles o el tradicional arroz al horno, una receta de aprovechamiento donde se utiliza los restos del cocido para elaborar un manjar de altura. Precisamente, el cocido alicantino, con las tradicionales pelotas, es otro de los platos obligatorios que no pueden faltar en una visita a las localidades del interior.

Si quieres hacer la ruta más dulce, las opciones son muchas y deliciosas. Los sequillos de Castalla y también de Pinoso son uno de los productos preferentes en las panaderias de estos municipios, una especia de rosquilla bañada en azúcar glass, que promete contentar al más goloso. De Pinoso no hay que marcharse sin probar las perusas, las toñas o las magdalenas. Otro de los dulces más emblemáticos del interior son los genaros de Cocentaina. Estos se preparan con una base de hojaldre acompañados de una capa de cobertura de higos y azúcar, todo un deleite. Los esparteros son otra de las opciones si lo que buscas es degustar un manjar para endulzar los sentidos. Estas delicias oiginarias de Alcoy, son una especie de bollo preparado con azúcar y canela. Tiene una característica forma alargada, con un relleno esponjoso y una cubiertra crujiente. Y así podríamos seguir desglosando especialidades de los pueblos y comarcas, pero lo mejor es visitar estos municipios y saborear su gastronomía.