Finestrat recoge lo mejor de ambos mundos: mar y montaña. La naturaleza en su máximo esplendor esta presente en cada rincón de esta localidad con encanto. Si te vas a animar a visitarla tendrás que tener la cámara a mano para inmortalizar los preciosos rincones que alberga. Ofrece una combinación única de historia y cultura. Una de las cosas que no puedes dejar de hacer en tu visita es pasear y disfrutar de su casco antiguo. En este se celebra durante el mes de abril un mercado gastronómico y tradicional, digno de conocer por su aire pintoresco y su valor cultural.
Otro de los placeres que ofrece la localidad es perderse por sus calles empinadas en un mar de adoquines. En concreto, la calle de las Flores, es una de las más bonitas, por su colorido y esplendor, digna de estar en tu álbum de imágenes. Su patrimonio artístico ha sido muy bien conservado a lo largo de los años, por lo que se refleja en construcciones como la Iglesia de San Bartolomé.
Además, la localidad tuvo un castillo del siglo XVII, que actualmente ya no existe, aunque se sabe que se ubicaba en el punto más alto del municipio y se puede ascender a él. Desde allí tendremos las vistas más bonitas de la localidad, del Mediterráneo y de paso, podremos visitar la Ermita Santísimo Cristo del Remedio. Desde este punto se puede disfrutar de una bonita estampa del Puig Campana, que no vas a poder dejar de fotografiar.
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