Cullera

booked.net
booked.net

Ciudad de playa, mar, cultura y arroces

Ocio, sol y playa, naturaleza, patrimonio, cultura y gastronomía. Todo un compendio de atributos con el que cuenta Cullera y que la convierten en la capital turística por antonomasia de la comarca de la Ribera. Cada año miles y miles de personas acuden a esta ciudad costera -que pese a ello tiene la montaña a un solo paso- para disfrutar de sus períodos vacacionales o de una simple escapada. ¿Por qué? Porque Cullera ofrece prácticamente todo lo que un visitante puede buscar.

A orillas del mar Mediterráneo, la historia de Cullera y su patrimonio, no obstante, están unidos a su montaña… que cuenta con múltiples denominaciones: la «Muntanya de les Raboses», la «Montaña del Oro», la montaña mágica… Y es que Cullera es una tierra de contrastes, entre montaña, mar, río y lagos.

La montaña de Cullera, los humedales con el marjal, los lagos, arrozales, la desembocadura del río Xúquer, las dunas y los espacios protegidos conforman la gran diversidad de ambientes y paisajes que envuelven Cullera en un entorno lleno de encanto y de atractivo natural: es tierra de contrastes donde descubrir y disfrutar, a través de diversas rutas, de un increíble patrimonio natural, artístico-cultural y de las panorámicas más admirables de la comarca.

Esta posición estratégica, entre la montaña y el mar y junto al río Xúquer, ha sido clave a lo largo de la historia de Cullera… y hoy en día también le valen a la ciudad de la Ribera Baixa para ser un referente puntero para el sector turístico.

El principal atractivo de Cullera, sin duda, reside en su privilegiado y extenso litoral. Así, ofrece arenales para todos los gustos en un entorno privilegiado colmado de contrastes y un microclima que garantiza inviernos templados y veranos suaves. A todo ello se suman innumerables alternativas de ocio que combinan actividades lúdicas junto al mar con la práctica de deportes náuticos o el descanso y el disfrute de su gastronomía, así como diferentes rutas por su entorno natural y su marjal.

Playas galardonadas

La aportación de sedimentos durante milenios por el río Xúquer ha dibujado el idílico entorno litoral de Cullera, caracterizado por 15 kilómetros de fina arena, que ofrecen a los visitantes todo tipo de ambientes.

Sus once maravillosas playas brindan la oportunidad a todos los públicos de disfrutar, pudiendo elegir entre playas más urbanas y concurridas como San Antonio y Racó; otras amplias y tranquilas como la Escollera; otras semiurbanas y familiares; de arena fina y dorada como Marenyet o Brosquil; para practicar deportes acuáticos como Cap Blanc e incluso de buceo libre en la idílica playa del Faro, o la del Dosel con sus cordones dunares; e incluso para poder practicar el naturismo en la playa del Mareny de Sant Llorenç.

La calidad de las aguas de las playas de Cullera y sus servicios, así como las características de su arena, están avaladas por la concesión de diversas certificaciones medioambientales y de calidad que acreditan su buen estado a la vez que su constante mejoría, suponiendo un compromiso constante para la búsqueda de la excelencia.

Las playas de Cullera en su totalidad, además, han sido recientemente declaradas playas sin humo. Esta iniciativa permite fomentar espacios libres de humo y de residuos procedentes del tabaco promoviendo de esta manera un estilo de vida más saludable y la protección del medio ambiente ya que estos residuos acaban en el fondo marino.

 

Historia del patrimonio

Diferentes culturas y civilizaciones han dejado su impronta en el municipio en forma de vestigios arqueológicos, monumentos y fortificaciones, que hoy forman parte de su atractivo turístico y cultural.

Como muestra de ese amplio patrimonio con que cuenta Cullera se encuentran los primeros indicios de poblamiento en la ciudad, ubicados en la Cueva del Volcán del Faro. En la vertiente opuesta de la montaña se encuentra l’Abric Lambert, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, lugar rupestre en el que las poblaciones del Neolítico dejaron muestras patentes de su arte. Junto a l’Abric Lambert se ubica también el poblado de «Les Oliveretes», datado en la Edad del Bronce.

Más recientes son los vestigios que permanecen en el barrio de la Rápita, que van desde la época republicana romana hasta el tardorromano, o la estructura urbana de origen islámico que yace a los pies del castillo. Precisamente fueron los árabes quienes levantaron el castillo que preside la ciudad con sus torres y murallas y su albacara. También de origen islámico son las callejuelas estrechas y empinadas que conforman el Barri del Pou.

La conquista cristiana por parte del rey Jaume I propició la creación del Barri de la Vila, si bien los ataques de los piratas berberiscos durante el siglo XVI motivaron la fortificación defensiva del litoral del municipio con torres costeras como la del Marenyet, los baluartes y revellines del castillo y la muralla de la Vila.

Más adelante, el esplendor de los siglos XVII y XVIII asociado a la actividad agrícola permitió la construcción de notables templos como el de la Sangre o el de los Santos Juanes, la Casa Consistorial y un amplio número de ermitas y casas solariegas de gran interés artístico.

Los siglos XIX y XX fueron la época del arroz y de los naranjos, cuyos ingresos fueron claves para que se levantaran el Santuario de la Mare de Déu del Castell, el Puente de Hierro, el Mercado Municipal, el Faro, el Ateneo Marítimo o la Casa del Pueblo, entre otros.

 

Ciudad de museos

Para descubrir ese amplio patrimonio con que cuenta Cullera, la ciudad dispone de diferentes museos que dan a conocer las distintas formas de vida que ha habido en el municipio a lo largo de la historia.

El Museo de Historia y Arqueología, situado en la capilla gótica del Castillo, muestra una valiosa colección de restos históricos y arqueológicos, entre los que se pueden encontrar cerámicas, monedas y ánforas de las culturas griegas y romanas, entre otros. Sus vitrinas, además, recogen una reproducción del Bastón de Mando hallado en la Cueva del Volcán, perteneciente al Paleolítico Superior.

Para recuerdo de cómo fueron aquellas incursiones piratas que tanto atemorizaron durante el siglo XVI a los habitantes de Cullera, se encuentra la Cueva-Museo del Pirata Dragut. En este espacio se narra el famoso episodio del asalto del pirata Dragut a la ciudad a través de un recorrido musealizado.

La Torre de la Reina Mora, la puerta fortificada a la albacara del Castillo, actualmente alberga un museo con una muestra expositiva sobre la propia historia de la Torre y la segunda albacara del Castillo.

Mientras, la Torre del Marenyet, construida en el siglo XVI para alertar de los ataques piratas desde la entrada del puerto fluvial, permanece abierta a las visitas.

También se han conservado los refugios de la Guerra Civil, sitos a ambos lados del Mercado Municipal. En estos refugios antiaéreos, conformados por dos galerías, se ha musealizado el contexto de la Guerra Civil Española.

Y no podía faltar en Cullera un Museo del Arroz. Ubicado en la Ermita de los Santos de la Piedra (Abdón y Senén), una exposición permanente explica allí la historia del cultivo del arroz y su importancia en la gastronomía local.

 

Oferta gastronómica

Turistas y visitantes también pueden disfrutar de la preciada gastronomía de Cullera gracias a la gran oferta de restauración que posee la ciudad, y en la que destacan, sobre todo, los arroces y el pescado.

Además, se pueden deleitar de los sabores de los mejores restaurantes de Cullera desde cualquier punto de la ciudad, con una oferta gastronómica muy variada. Pueden encontrar opciones en restaurantes a pie de playa a lo largo de toda la playa o, si lo prefieren, pueden disfrutar del encanto que ofrece la zona del pueblo y degustar desde ahí los distintos sabores de la ciudad.

¿Qué te apetece hacer?

Descubre nuestros destacados en alojamientos, gastronomía, deporte y cultura del municipio