Las instalaciones se renovaron en 1995 y se creó un recorrido entretenido, didáctico y seguro
La misteriosa Cueva del Rull, una formación con increíbles estalactitas y estalagmitas, se sitúa en el municipio de La Vall d’Ebo, dentro de la comarca alicantina de la Marina Alta.
Esta cavidad fue descubierta, por casualidad, por José Vicente Mengual (conocido como el Tío Rull) en el año 1919 cuando salió a cazar conejos con su perro. Desde entonces, la curiosidad empezó a apoderarse de los vecinos de la zona y comenzó a ser muy visitada. Fue en los años 60 cuando el «Tío Rull» decidió abrirla al público tras adecuar un poco la zona y permaneció abierta al turismo hasta 1970. En el año 1995 esta cueva pasó a ser de dominio público, siendo el Ayuntamiento quien se encargó de su total acondicionamiento, creando un recorrido entretenido, didáctico y seguro.
Esta cueva fue descubierta por el «Tío Rull» en el año 1919, cuando salió a cazar
La cavidad está desarrollada en conglomerados de calcio del Mioceno de entre 23 y 5 millones de años de antigüedad y sus formaciones rocosas, como estalagmitas, estalactitas, coladas o banderas son un espectáculo natural digno de admirar. Actualmente, se trata de una de las pocas cuevas del levante español abiertas al público que sigue en proceso de formación.
El recorrido tiene una longitud de tan solo 220 metros y cuenta con un desnivel de 19 metros, por lo que la visita se puede completar en, aproximadamente, 30-45 minutos. Se realiza en sentido circular para poder observar desde distintas perspectivas todos los ángulos y formaciones subterránea y en compañía de un guía especializado que va explicando la historia y todas las curiosidades de esta interesante cueva.
El espacio está muy bien cuidado y la iluminación eléctrica genera un ambiente misterioso y muy especial que resalta toda la belleza de la cueva. Eso sí, se recomienda llevar un calzado adecuado para no resbalar ni tropezar.