Castelló, un paseo por la historia

La arquitectura modernista de la ciudad invita al visitante a recorrer sus calles e imponentes edificios

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La ciudad de Castelló esconde auténticos tesoros. ¿La mejor manera de conocerlos? Sin duda, con un agradable paseo a pie para empaparse de su historia y patrimonio paso a paso. La arquitectura modernista, los edificios históricos, el arte de la cerámica y emblemáticos parques, con el Ribalta como referente, son solo algunas de las posibilidades urbanas que ofrece la capital de La Plana al visitante.

El ‘corazón’ de la ciudad se sitúa en la plaza Mayor y sus alrededores, donde encontramos varias paradas obligatorias en este tour turístico. Ejemplo de ello es la Catedral de Santa María, templo de estilo gótico valenciano, el Fadrí, una torre campanario separada de la catedral (a diferencia de otros campanarios), el Ayuntamiento, con su característico porche conformado por siete arcos, y el Mercado Central, remodelado en 1985 y donde adquirir exquisitos productos gastronómicos. Y tras uno de sus portones llegamos a la plaza Santa Clara, colmada de pequeños recovecos y en la que preside el Monumento a la Fundación de Castelló.

La Llotja del Cànem, edificio construido en el siglo XVIII de estilo barroco que fue ampliado en el siglo XIX; la Casa dels Caragols, uno de los destacados ejemplos del modernismo castellonense; la Farola, emblema de la ciudad que se encuentra actualmente en estado de rehabilitación; y los edificios de Correos y el Casino Antiguo son otros de los puntos de interés.

Llegados hasta aquí, hacemos una parada en el parque Ribalta, donde podemos disfrutar de impresionantes fachadas modernistas, llenas de ornamentos cerámicos. Se trata de uno de los únicos parques públicos del centro de Castelló y una de las zonas más representativas de la ciudad. Y, como guinda a este agradable paseo, acabamos la ruta visitando la basílica de la Mare de Déu del Lledó, centro devocional y de peregrinaciones. Construido a finales del siglo XVII sobre los restos de los templos anteriores, en él se conservan elementos decorativos de diversos estilos artísticos.

Y del asfalto, al agua. El Grao de Castelló, situado a tan solo cuatro kilómetros del centro de la ciudad, abre al turista una ventana al mar. Destaca la plaza del Mar, centro neurálgico del distrito marítimo junto con el Real Club Náutico, las dársenas del puerto pesquero y el puerto comercial. Restaurantes, tiendas, pubs, cines y hoteles se concentran junto a esta plaza. El puerto pesquero y comercial conforman una excelente opción de ocio en cuestiones marineras. Y es que desde él parten algunos de los barcos que permiten realizar excursiones a las Islas Columbretes o rutas para conocer la costa.

Para los amantes del mar, nada mejor que los más de cuatro kilómetros de playas (Gurugú, Pinar y Serradal), todas ellas galardonadas con bandera azul y otros distintivos de calidad. Junto a El Grau se encuentra el parque del Pinar, una pinada de más de 370.000 metros cuadrados ideales para relajarse. Muy cerca se localiza el Planetario con su característica e impresionante cúpula blanca. Un observatorio astronómico inaugurado en 1991 en el que realizar un viaje por la inmensidad del Universo.

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