Benissa cuenta con una costa escarpada y variada que alberga desde calas escondidas de aguas cristalinas hasta playas más amplias y con servicios. Estos factores han hecho que este destino mediterráneo sea un lugar perfecto para disfrutar del sol, el mar y la belleza natural de la Costa Blanca. Una de las calas más destacadas es la de Baladrar, una pequeña playa de guijarros rodeada de acantilados rocosos. Sus aguas cristalinas invitan al snorkel, mientras que su entorno natural es perfecto para practicar senderismo y disfrutar de las espectaculares vistas. Otra joya de la zona es la cala Advocat, de acceso más privado y tranquilo. Sus aguas calmas y su arena dorada la convierten en un rincón idílico para pasar un día en familia o en pareja. Por otro lado, encontramos la cala Fustera, un enclave coqueto con un ambiente privado debido a las dimensiones de esta. Dispone de servicios como restaurantes y zonas de juegos, y su ecosistema marino es ideal para el submarinismo y el snorkel. Si prefieres un ambiente aún más íntimo, la cala dels Pinets no te decepcionará. De arena fina y aguas tranquilas es perfecta para aquellos que buscan un lugar más apartado. Para los amantes de la naturaleza y su paz, no pueden perderse la cala Llobella. Tiene un acceso un poco más complicado con su paisaje rocoso. Es un rincón salvaje, que ofrece un ambiente más natural y virgen, perfecto para desconectar de la rutina.
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